Una de las obligaciones de todos los municipios es brindar los servicios de recolección y transporte de residuos sólidos domiciliarios (RSD), los cuales se pueden ejecutar de manera directa (camiones municipales) o mediante un tercero. Esta obligación trae evidentemente aparejada la obligación de contar con recursos financieros suficientes para garantizar los servicios, y es aquí donde se produce el inicio de las diferencias entre los múltiples formas de efectuar los servicios de recolección y transporte de RSD, por cuanto un municipio que disponga de recursos escasos podrá disponer los servicios con una calidad básica o al menos con las condiciones para dar por cumplida la obligación, sacrificando aspectos como lo son los horarios de servicio, el tipo y volumen de los camiones a utilizar, las dotaciones, servicios tecnológicos asociados, educación ambiental, etc. Por otro lado, la realidad también nos permite observar ejemplos de municipios con mayores recursos que en la elección de la modalidad de ejecución de los servicios de recolección, se orientan a la tercerización con variables de calidad mas elevados, con incorporación de mayor dotación de vehículos, lo que representa en la práctica horarios mas reducidos de servicio.
Como podrán apreciar de las situaciones antes descritas, ambos ejemplos tomados de la realidad, repercuten indefectiblemente en la comunidad, que por un lado debe soportar acumulación de residuos en los Bienes Nacionales de Uso Público (BNUP), y la intervención de vectores de interés sanitario, mientras que por otro lado se disminuyen los impactos debido a los menores tiempos de recolección, diferencia basada en los recursos disponibles para brindar los servicios.
Una forma práctica posible de utilizar para establecer un indicador que permita incorporar variables como los horarios de servicio, dotación de personal por camión, cantidad de equipos recolectores, extensión de las rutas, etc, es trabajar y desarrollar un indicador propio para cada comuna que represente el impacto combinado de variables como las descritas y permita llegar a una cantidad de vehículos mínima para contemplar jornadas de trabajo que no superen las 40 horas semanales para los servicios de recolección, permitiría en la práctica ir equiparando los diferentes servicios de recolección y sus efectos en los territorios, llevando en teoría a una disminución de las brechas entre comunas, con efectos positivos en los usuarios.